Mi último primer día

domingo, 19 de enero de 2014

Mañana se cumple al fin mi último primer día de clases en la universidad. Recuerdo que en aquella ocasión, cuando me disponía a vivenciar el inicio de todo este ciclo, a éstas mismas horas me hallaba bastante nerviosa. No sabía qué me iba a deparar el destino. Sólo sabía que había tomado una decisión: estudiar Lenguajes y Estudios Socioculturales; y aún así, el mismo nombre de la carrera me resultaba desconcertante.

Mi primera clase, aquella con la que mi sábana de estudiante se vería inaugurada, sería Francés 1. Comenzaría a las 8:30 de la mañana en el edificio Aulas (o AU), y terminaría a las 9:50; justo a tiempo para salir rumbo al ML, y estar pronta para Estadística de 10:00 AM con el profesor Schweizer Rocuts. 

Así pues, con el horario en mente, recuerdo que empaqué mis cuadernos y útiles en un bolso negro con naranja que había venido usando desde el colegio, y programé la alarma en el celular para que sonara a eso de las 6:00 am -hora más que justa para alistarme, y salir rumbo al centro-. Alisté también una chaqueta negra, ideal para un lluvioso día capitalino, y me fui a dormir, con el nerviosismo propio de un niño pequeño en vísperas de la navidad.

Eso fue hace ya seis años. 

En estos momentos, mi bolso está ya listo, pero en esta ocasión su contenido resulta diverso, pues además de una agenda roja que dice Microsoft, los cables, las USBs, y demás utensilios propios de quien frecuenta el mundo de los sistemas, esperan la venida de la nueva jornada.

Sí, muchas cosas han cambiado en todo este tiempo, incluyéndome también a mí... pero así mismo, muchas otras cosas permanecen igual; ya mi querida chaqueta negra aguarda junto a mi puerta (heredera de aquella primera chaqueta que llevara puesta aquel primigenio día, el cual se encargaría de forjar en mí una tradición que desde entonces cumplo con fervor casi que religioso). El edificio AU con sus frías paredes me espera también. La clase que tengo mañana -Seminario de Docencia 2- tendrá lugar en el mismo horario que tuvo mi primer curso en la Universidad, y si mi memoria no me falla, se impartirá también en el mismo salón.

Algunas personas dicen que el inicio y el final de un ciclo se dan siempre sobre el mismo punto; llámenme romántica, pero creo que tienen razón. Mi ciclo finaliza tal y como se inició. ¡Qué curioso!

Comentarios

Un comentario

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  1. Hola Thredith!.

    Siempre el inicio de nuevas cosas en la vida dejan una huella imborrable. Y el inicio de clases nuevas, ya sea en el colegio, en la universidad, o en el primer día de trabajo, genera una expectativa comparable con la navidad aunque, para algunos, no tan agradable, pero siempre genera nerviosismo, y hasta ansiedad por saber que depara de ahi en adelante...

    Mi primer día de clases, ya hace mas de 10 años, fue igual como el tuyo, con la diferencia de que siempre iniciaba con una especie de "introducción" en el auditorio para los primiparos.. y es que uno deja de ser "primiparo" a eso del cuarto semestre, contando que había que aprender muchos detalles que no se dicen en cada clase (que profesor es mas maloso, cual es el mas chevere, que materia es mas tenaz, etc..).

    Recuerdo tambien que a ese primer día lleve un keeper, que fue un regalo de nuestra amiga en común Isyesa, ya hace mucho tiempo, y lo utilice en todo mi tiempo en la universidad; hasta el ultimo día lo lleve conmigo siempre, y aun lo tengo guardado, eso si muy trajinado, pero lo guardo como un recuerdo de mi época como estudiante.

    Y como tu lo dices, recordar el primer día de clases, y el ultimo, nos hace recordar los ciclos que se abren, y se cierran en nuestras vidas, y que nos dejan enseñanzas, buenas y malas, pero que nos construyen como persona.

    Un saludo Thredith, y que disfrutes tu primer ultimo día!..

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